Una aplicación que facilita el aparcamiento de vehículos a personas con movilidad reducida, una clínica dental y una pastelería que utilizan la realidad aumentada, o un juego que favorece la estimulación cognitiva son algunos de los ejemplos de los proyectos que han participado en esta línea de ayudas en los primeros seis meses de 2019.

El objetivo de estas ayudas, cuyo importe base es de 3.000 euros pero que puede alcanzar los 18.000 euros por proyecto, es el de fomentar el empleo y mejorar la empleabilidad y la inserción socio laboral de las personas con discapacidad.

Las ayudas se enmarcan en el Programa Operativo del Fondo Social Europeo de Inclusión Social y Economía Social 2018-2022 (Poises) y, en la primera mitad del año, han ido a parar en el 57% de los casos a mujeres.

Desde el inicio de esta línea de ayudas en 1988, un total de 1.746 emprendedores con discapacidad han recibido este impulso para iniciar una actividad de autoempleo.

Para este periodo, entre 2018 y 2022, Fundación ONCE tiene previsto destinar 2,6 millones de euros para el fomento del empleo por cuenta propia, con criterios específicos para favorecer a colectivos como las mujeres, los mayores de 45 años o los parados.

Asimismo, el programa prima a los proyectos de creación de empresas que generen empleo para otras personas con discapacidad o que impulsen el desarrollo rural, la tecnología, el turismo especializado, la agricultura ecológica, la salud, el medioambiente o la innovación social.