En concreto, casi el 60% de las personas con una discapacidad cognitiva ni siquiera utiliza teléfono móvil, de los que casi la mitad no lo tienen porque es inaccesible para su discapacidad o su uso es demasiado complejo.

Esta cifra es mucho más elevada que en el caso de una discapacidad visual o auditiva. En el primer caso, los ciudadanos que no utilizan un móvil son el 27%, mientras que entre aquellos con una discapacidad auditiva es el 31,3%.

Así lo muestra el Informe Olivenza 2017 editado por el Observatorio Estatal de la Discapacidad y que dedica un capítulo, elaborado en colaboración con Fundación Vodafone, a la utilización de las nuevas tecnologías por parte de personas con discapacidad.

¿Por qué el porcentaje de personas que no utiliza teléfono móvil sea el doble entre aquellas con discapacidad cognitiva respecto al resto? Pues principalmente porque, mientras que las personas con discapacidades sensoriales tienen que enfrentarse a barreras de accesibilidad, muchas personas con discapacidad cognitiva deben afrontar además barreras intelectuales y de comprensión.

Sin embargo, a pesar de estas mayores dificultades, la mayor parte de los desarrollos para mejorar la accesibilidad de la tecnología se centran en las discapacidades sensoriales y, en muchos casos, olvidan a aquellas personas que tienen una discapacidad cognitiva.