Estas tecnologías necesitan redes capaces de mover una gran cantidad de datos y con una latencia muy baja, es decir, con un tiempo de retardo mínimo. Esas características las proporcionarán estas redes 5G que se están empezando a desplegar y que podrán estar disponibles comercialmente para 2020.

En el caso de Vodafone, tras la adjudicación de las frecuencias en la última subasta finalizada hace unos días, ha presentado ya el despliegue, en colaboración con Huawei, de más de 30 antenas 5G en Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Bilbao y Valencia.

Es en estas ciudades donde se está realizando el despliegue precomercial en zonas céntricas, en parques tecnológicos y en zonas universitarias.

Estas nuevas redes (5G NSA) son capaces de alcanzar velocidades de descarga de datos de hasta 2,2 Gb por segundo, y reducen la latencia a niveles que permiten el desarrollo de tecnologías como el coche autónomo, la telemedicina o la realidad virtual.

Muchas veces hablamos de lo interesantes que serán estas tecnologías que mejorarán la movilidad de personas con discapacidad, o reducirán las visitas a centros médicos a personas mayores, o les facilitará visitar museos, monumentos o cualquier lugar del planeta. Sin embargo, la aplicación real y comercial de estas tecnologías dependen de otros factores, que ahora dan un paso adelante con el inicio del despliegue de nodos 5G.