El proyecto se ha desarrollado en colaboración con la asociación de personas sordas ASOR y ha contado con el impulso de Indra y de la Fundación Universia.

Un sensor volumétrico y la utilización de la inteligencia artificial permiten detectar e interpretar la lengua de signos, que posteriormente es sintetizada a voz para facilitar la comunicación entre personas signantes y no signantes.

El objetivo del proyecto es contribuir a la autonomía de las personas sordas y facilitar su inclusión social y laboral.

Este prototipo incorpora un sensor volumétrico capaz de trasladar los gestos propios del lenguaje de signos a series temporales de datos mediante la identificación del movimiento de las manos y el uso de la inteligencia artificial.

A su vez, el prototipo incorpora un módulo de procesado de señal multidimensional, obtenida por el sensor volumétrico y el uso de inteligencia artificial para poder interpretar automáticamente la señal captada. Durante el proceso de transformación, se generan diferentes parámetros de señales y se utilizan sistemas de clasificación automáticos supervisados, es decir, se enseña al sistema el significado de los movimientos y posteriormente a sintetizar los gestos a voz.

Un punto muy importante es la capacidad de aprendizaje del sistema, lo que le permite interpretar cualquier lenguaje de signos y traducirlo a cualquier idioma hablado.