En muchos casos esta pérdida auditiva tiene fácil prevención, y en ellos juega un papel muy importante la tecnología, tanto para bien como para mal.

El uso adecuado de la tecnología puede servir tanto para evitar un deterioro de la audición como para una detección precoz de estos problemas; mientras que un uso incorrecto puede tener el efecto adverso y provocar una mayor pérdida auditiva.

Por esta razón es fundamental tomar medidas para prevenir estas situaciones en las que la tecnología sea más perjudicial que beneficiosa, evitando que la cifra de personas con discapacidad auditiva se dispare en las próximas décadas.

En este sentido Fiapas advierte sobre el rápido incremento que están experimentando los problemas auditivos, debido no solo causas médicas, sino sociales y ambientales, como la exposición a altos niveles de ruido, la falta de conciencia preventiva, por ejemplo, no utilizando protectores auditivos e, incluso, la práctica de conductas irresponsables como el empleo de amplificadores de sonido para compensar una pérdida auditiva o introducirse objetos en los oídos.