El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha desarrollado un chip dedicado al reconocimiento automático de voz con un consumo muy bajo de energía que permitiría su utilización en cualquier dispositivo, incluso aquellos que tengan una limitación en su potencia.

En concreto, este chip supone un ahorro de entre el 90% y el 99% en el consumo de energía en comparación con los chips que utilizan, por ejemplo, los teléfonos móviles.

Este ahorro de energía permite incorporar soluciones de reconocimiento de voz en dispositivos relativamente simples y también en aquellos en los que el cambio de baterías se produce cada un largo periodo de tiempo, como pueden ser los dispositivos que se utilizan en muchas de las soluciones de Internet de las Cosas (IoT) y ciudades inteligentes (Smart Cities).