Este ‘control’ se puede ejercitar de muchas maneras, algunas más invasivas y otras más respetuosas con la vida privada de cada uno. Una de estas maneras es la utilización de sistemas para el control de las rutinas, de manera que no es necesario que el familiar o amigo conozca en todo momento lo que la persona está haciendo, pero sí que pueda detectar alguna anomalía en la realización de las tareas rutinarias.

Con esta idea nació la empresa cordobesa Beprevent que desarrollo una serie de etiquetas inteligentes que colocadas sobre objetos de uso cotidiano pueden informar sobre el cumplimiento de dichas rutinas.

Por ejemplo, la etiqueta se puede colocar en el armario del café para saber si ha desayunado y a qué hora, en el mando de la televisión para saber si ha estado utilizándola, o en las llaves de casa para saber si ha salido.

Estas primeras etiquetas estaban pensadas principalmente para personas mayores y ahora Beprevent ha anunciado que ha lanzado una segunda versión más avanzada pensada también para personas con algún tipo de discapacidad cognitiva y que precisen este tipo de atención para su vida independiente.

Las etiquetas se colocan sobre cualquier objeto y a través de distintos sensores informan a los familiares sobre su uso. Además de las etiquetas, la información pasa por un aparato, similar a un router que se coloca en el hogar del usuario, y llega a los familiares mediante una aplicación totalmente personalizable con las rutinas del usuario.

Uno de los grandes objetivos es lograr que cada día más personas mayores y con discapacidad puedan vivir una vida independiente, y desarrollos como estas etiquetas pueden ser en muchos casos una gran ayuda para lograrlo.