En los últimos años hemos visto un avance sobre la concienciación y la aplicación de la accesibilidad en muchos aspectos relacionados con la tecnología, sin embargo, la realidad es que el porcentaje de personas con discapacidad que se siguen encontrando importantes barreras se mantiene muy elevado.

Según un estudio de la Cátedra de Brecha Digital y Diversidad Funcional (DicaTIC) impulsada por la Generalitat Valenciana y la Universidad Politécnica de Valencia, el 62% de las personas con discapacidad sigue teniendo dificultades para acceder a Internet, un porcentaje que sigue siendo demasiado elevado.

El problema es que el desarrollo de la accesibilidad y la digitalización de la sociedad no avanzan al mismo ritmo, por lo que las consecuencias de estas barreras en el acceso a Internet en la calidad de vida de las personas con discapacidad son cada vez mayores.

Cierto es que hace años el porcentaje de personas con discapacidad que no podían acceder a Internet era mayor, pero también lo es que estas barreras tenían un efecto menor en el día a día de estas personas.

Cada vez hay más servicios para los que es necesario la conexión a Internet y nuestra vida depende cada vez más de este acceso a la Red. Por esta razón, aquellos que no pueden conectarse encuentran cada vez un número mayor de servicios que son inaccesibles para ellos.

El informe muestra también, como es lógico, que las personas con discapacidad reclaman una mejora de la accesibilidad de las nuevas tecnologías y subraya que la demanda no es la creación de productos específicos para personas con discapacidad, sino que los productos y servicios genéricos sean accesibles para todas las personas.

A pesar de estas barreras, el estudio también muestra que la tecnología sigue suponiendo un aliado fundamental para las personas con discapacidad. Más del 55% de los encuestados apuntan que la tecnología les ha facilitado su relación con otras personas, un porcentaje que llega al 66,5% en el caso de las personas con discapacidad intelectual.