Es muy importante que un usuario con discapacidad sea capaz de usar los servicios que ofrece una entidad bancaria, pero también es fundamental que sea capaz de saber qué es lo que está haciendo con su dinero.

Éste es uno de los retos que Bankia se ha planteado en su objetivo de extender la accesibilidad dentro de la entidad y para lograrlo considera fundamental la participación de todos sus empleados.

Con este objetivo, el banco ha puesto en marcha, de la mano de Plena Inclusión, un programa de voluntariado en el que son los propios trabajadores los que educan en materia financiera a personas con discapacidad.

La meta no es formar a futuros banqueros, ya que los conocimientos que se transmiten son de materias básicas, sino que la finalidad es que las personas con discapacidad intelectual sean conscientes y comprendan la relación que mantienen con su entidad.

Este programa de voluntariado, denominado ‘Finanzas Fáciles’, se inició en el año 2016. En un primer momento fueron los voluntarios de Bankia los que recibieron formación de personas con y sin discapacidad intelectual sobre sus derechos, sus necesidades y los requerimientos de accesibilidad cognitiva.

A continuación, fueron estos voluntarios los que impartieron las clases de finanzas a personas con discapacidad intelectual. Los propios voluntarios de Bankia subrayan que en su participación en el programa han recibido “mucho más” de lo que han podido proporcionar a los asistentes a los cursos.

No obstante, la entidad reconoce que el camino a recorrer para lograr una accesibilidad plena es largo, ya que no consiste exclusivamente en eliminar barreras o incorporar dispositivos o tecnologías accesibles, sino que también supone adaptar la documentación a lectura fácil, utilizar en sus productos un lenguaje comprensible y cercano, o realizar una publicidad adaptada.

Sin embargo, Bankia asegura que la meta es lograr este reto y subraya que es un objetivo que se alinea con los valores que defiende la entidad, que son ‘Cercanía, Sencillez y Transparencia’.